Siempre me gustó la música. Cuando yo era niño no había tele, ni compu, ni web. El que tenía un winco o un combinado era un fenómeno. Así que uno escuchaba radio todo el día. Aparte mi mamá siempre cantaba. Los años me permitieron ser testigo de muchos sucesos musicales importantes, el advenimiento del rock nacional que entonces se llamaba música progresiva, el nacimiento de los Beatles... Sin embargo yo crecí oyendo folklore. Recuerdo el surgimiento de Mercedes Sosa en un Cosquín de principios del sesenta de la mano de Jorge Cafrune cantando Cancion del derrumbe indio. Casi medio siglo después soy testigo de su partida. Vaya mi homenaje en un soneto y una caricatura, que son las cosas que yo hago. Ella nos homenajeó a todos con un cancionero inolvidable.
SONETO A MERCEDES
Yo le hubiera pedido que se quede
la zamba que no tiene fin cantando,
pero es del cielo el bombo de Mercedes,
los ángeles la estaban esperando.
Esta tristeza azul que nos sucede
de ver cómo la vida va pasando
es alegría en el canto de Mercedes
y esperanza en su parche redoblando.
Su voz nunca tembló ante los tiranos
su pie no vaciló frente al destierro
ella enfrentó con música su suerte.
Hoy camina los montes tucumanos
vuela sobre los valles y los cerros
mas allá del paisaje de la muerte.
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